Se
ha jubilado el Spitz, el instrumento planetario en funcionamiento más antiguo
del mundo, pero como aquel entrañable viejo profesor que ama su oficio, cada
tanto volverá para seguir dando cátedra de cielos estrellados.
La
noche del viernes 15 de diciembre (de 2017), la comunidad astronómica uruguaya
se dio cita para celebrar el inicio de una nueva etapa del Planetario de
Montevideo, en un brindis organizado por el Planetario, la Sociedad Uruguaya de
Astronomía, la Asociación de Profesores de Astronomía de Uruguay y la
Asociación de Aficionados a la Astronomía. Con palabras del director Oscar
Méndez acerca de los detalles del proyecto de renovación digital y un último y
emotivo cielo analógico a cargo de Alejandro Castelar, se cerró la primera
época, de casi 63 años, del primer Planetario de Iberoamérica.
Uno
de los protagonistas de la noche fue el instrumento planetario Spitz modelo B
(del que solo se fabricaron tres), que ha sido el corazón del Planetario
Municipal desde que fuera inaugurado el 11 de febrero de 1955. Pese a la
nostalgia, sus días no han llegado a su fin. El Spitz ya no será el único
protagonista de la escena, pero seguirá dominando el centro de la sala, un poco
más abajo, claro, como para no interferir con la proyección digital a domo
completo, pero alguna que otra vez volverá a brillar para iluminar nuevamente
de estrellas la cúpula del Planetario.
Algo
que sí extrañaremos al ingresar al nuevo Planetario será el horizonte, el
clásico perfil de Montevideo ya no estará decorando los 360 grados de la base
de la cúpula. A cambio llegarán nuevas historias y posibilidades técnicas
fantásticas para la astronomía, la enseñanza y la divulgación científica.
(texto e imágenes tomadas del blog de Martín Monteiro - http://fisicamartin.blogspot.com.uy )
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